Ayyyyy las dietas – sí, con tono de lamento cantao’-, las malditas dietas.
Y que me encuentro con una página que dice: «Jugo de piña, apio, jengibre y limón para eliminar la barriga.»
Un día me tomaré una foto con mi cara de «WTF» para que puedan tener una referencia visual. Diariamente me topo con cosas que la sacan a la luz. ¿Eliminar la barriga?, como diría mi ahijada de a penas 5 años «¿en serioooo?». Me imagino un hueco en el área donde va la barriga, con todos los órganos a la intemperie. Ya la gente no encuentra que más inventarse.
Quiero que hagas una lista de las dietas que haz hecho, o haz intentado hacer, porque seamos sincer@s, son pocas las dietas que se siguen como debe ser. Yo comenzaré por la mía:
- La primera dieta que hice: mucha proteína, mucha, mucha. Un año entero comiendo pechuga, atún, y todo tipo de carnes magras, acompañadas de brócoli y más brócoli, lechuga; a veces un poco de arroz blanco, sin sal ni aceite, o de una vianda (mmmm, como me disfrutaba ese saborsito de el amarillo, pero nada de frito, al horno). Bajé de peso, claro que bajé de peso, me sequé, perdi todo 😩. Todo esto tenía un propósito: imaginen, quería entrar en el mundo de la belleza y el modelaje, había que estar bien set. Logré mi objetivo y la misma noche de haber conseguido lo que quería me comí un delicioso churrasco con tostones😋. Tenían que ver mi cara de felicidá’!😁 Después de esto, mi pasión por las papas fritas se triplicó y sabía comer 3 órdenes papas fritas agrandadas por día. Mi cuerpo solo me pedía grasa.
- La dieta de la sopa: pues para mi esta dieta iba a ser bien sencillita y lo iba a pasar súper bien, pues yo amo las sopas y no era ningún sacrificio para mi desayunar, almorzar y cenar sopa. Que equivocada estaba, al tercer día ya no soportaba más el olor de la bendita sopa. Pero masoquista al fin, la intenté hacer 3 veces.
- La dieta vegetariana: con esta me fue muy bien, pero solo me duró un mes. Tan pronto tuve frente a mi un delicioso «hamburger» doble carne con queso y bacon, me olvidé de las toxinas y me lo devoré 😋, no como elefante (ver «Patas de elefante»), como un león hambriento.
- La dieta de la avena: guácala y aburrido
- La dieta de las frutas: no hay manera de estar un día entero en este martirio
- El detox de 7 días: una más!
- El detox de 3 días: jugos, NO gracias, ¡yo necesito masticar! 😉
- Atkins: podría parecer riquísima al principio, pero no hay quien se niegue a un buen pedazo de pan.
- Si sigo, se aburren…
Así mismo como me cansé de describir de las dietas, me cansé de ellas. Pero descubrí muchísimas cosas positivas.
- No hay porque privarse, la comida es un deleite y siempre y cuando mantengamos un balance entre lo necesario y lo sabroso, no debemos limitarnos de disfrutar de uno de los placeres más grandes de la vida, comer – y rico-. Agradece que tienes la oportunidad de tener una alimentación completa y deliciosa.
- En este proceso aprendí que no es necesario «jartarse», más es una desconsideración. El cuerpo no necesita cantidades excesivas de comida. Existen personas en el mundo sin un plato de comer y nosotros la desperdiciamos por gula. Si eres cristiano, sabrás que la gula es un pecado y si no, seguramente alguna vez haz pensado en los niños pobres. Así que la próxima vez sírvete solo lo necesario y recuerda que el cerebro tarda 20 minutos en procesar que están alimentando el cuerpo, si comes rápido sentirás que no estás satisfecho y terminarás comiendo tanto que luego creerás que vas a rodar.
- Conocí mi cuerpo y lo que lo afecta. Nunca me gustó la leche, aun así la utilizaba en cereales, café y chocolatinas. Cuando la eliminé en mi dieta vegetariana, me di cuenta que la razón por la que la detestaba era más profunda que su simple y detestable sabor (para mi, por supuesto). La leche y todos los productos lácteos me ocasionan hinchazón estomacal, gastrits y me hacen sentir débil. Lo mismo me pasa con las harinas. Así que descubrí mi amor por la leche de almendras y mi cuerpo lo agradece. Aprendí a comer sin sal y me fascina, utilizo muchas hierbas y especias y no me hace falta el azúcar. No niego que dentro de mis gustos no falta una buena pizza (harina y lácteo), pero evito a diario estos dos ingredientes.
- Aprendí a comer saludable y balanceado sin sufrir. De nada vale hacer una dieta que no seguirás el resto de tu vida. Al final, ganarás nuevamente las libras perdidas y hasta el doble. Crear un balance entre tus comidas te ayudará a crear un estilo de vida que podrás mantener a pesar del tiempo. Los resultados son lentos, pero duraderos. Además, muchas dietas no le hacen bien al cuerpo porque están faltas de nutrientes y vitaminas necesarias para que tu cuerpo funcione correctamente. Una buena alimentación mejora la piel, el pelo, el rendimiento físico, la energía y hasta tu salud emocional.
- Aprendí a no esperar una semana antes de un evento importante para realizar una dieta relámpago y bajar 10 libras en una semana. El cuerpo lo resiente y te lo cobra más adelante. Total, a la semana volverás a aumentar las mismas 10 libras.
- Hay que darse gustos con mesura. Comer balanceado y saludable también requiere de hacer pequeños sacrificios y eliminar ciertos malos hábitos alimenticios. Es por eso que semanalmente hay que darse su gustito, pero teniendo en cuenta dos cosas: si te excedes, de nada vale lo que hiciste durante la semana, y que tu cuerpo está limpio y cualquier exceso o alimento que no consumas regularmente podría afectarlo (si, de esos efectos secundarios que le llaman carreritas💩😂)
- Hay que ser realistas con nuestros objetivos y estilos de vida. ¿Para qué quieres estar en 110 libras, si tu peso saludable es 130 libras? ¿Tienes pensado modelar para Victoria’s Secret, o irte a Milán a probar suerte? ¿Vas a participar en una competencia fitness? Si tu respuesta es no, no hay necesidad en morirte de hambre y pasar tanto suplicio. No hay nada de malo en tener un peso saludable y sandunguero sea el size que sea, lo importante es que tu cuerpo se encuentre saludable. Nuevamente, olvida los estereotipos.
- Claro está, si te gusta hacer dietas y lo disfrutas más que lamentarte, ¡adelante!
Una belleza tropical no tiene miedo a disfrutar de la comida, ni a aceptar su cuerpo como es. También lo cuida al máximo, estableciendo bien sus objetivos y trabajando para ellos.
Después de todo, vivimos en el trópico y no nos podemos resistir a todos los ofrecimientos gastronómicos que nos ofrece la naturaleza de este clima.
Una vez más confirmo que no es fácil vivir en el trópico. 🌴
Suele ocurrir muy a menudo, yo también hice lo de solo comer proteínas y era un exceso innecesario. Bueno aprendemos de nuestros errores, haz deporte y no te prives de comer algo rico de vez en cuando 🙂
Gracias Kurban. Así es! Hay que disfrutar.