Tengo 35 años y al menos los últimos 15 soy consciente de un hábito que nos ataca a la mayoría: las resoluciones de año nuevo.
Te describo el panorama para que entres en calorcito y te vayas en el viaje conmigo… estamos en la última semana del año, nos ponemos melancólicos, alegres, tristes, motivados, profundos, pensativos… un sube y baja de emociones y recuerdos. Analizamos lo que hemos hecho o hemos dejado de hacer. ¡V Á L G A M E, acabo de darme cuenta del tiempo que he perdido! Hubiese seguido ahorrando y me hubiese podido mudar; si no me hubiera quitado del gym, tendría el cuerpazo que quiero; si hubiese comenzado esa maestría, ya solo me faltaría un año… y así sucesivamente vemos como a mitad de camino dejamos muchas metas sin finalizar o sin comenzar. De momento nos volvemos optimistas extremistas y vemos lo positivo en todo, que importa lo que ya pasó, viene un año nuevo y «ahora es que es», «2019 voy por ti», «2019 eres mío, aguántate», «este es mi año» y, por favor ayúdenme… escriban en los comentarios todas las frases de año nuevo que algunas vez han utilizado. Esperaaaaaa, no puede faltar «Hoy es la primera página de un libro de 365 páginas en blanco» o algo así…
Pero al poco tiempo, dejamos de escribir en el libro, se nos olvida o hacemos como Sandra Bullock en Bird Box ante nuestros sueños, metas y responsabilidades. No digo que todos los que me están leyendo sean así, pero por favorrrrr, vamos, seamos realistas, la mayoría nos ha pasado y me incluyo. Todos en algún momento o con ciertas cosas, lo hemos vivido. Dejamos muchas cosas guindando a mitad de camino y es que esa idea de comenzar el año con nuevas metas, es una gran presión y si de momento a mitad de año no las hemos trabajado, pues vuelven y se quedan para el próximo año.
Y así es como vemos que año tras año podemos repetir algunas, casi todas o todas las resoluciones en la lista. Por eso hoy te traigo la solución a este mal hábito:
Haz las cosas, carajo

Sí, esa es la única resolución que debes tener en tu vida, todos los años, meses, semanas, días, horas, minutos y segundos… HACER O DEJAR DE HACER.
Y olvídate de comenzar el año con una lista. Haz las cosas cuando te vienen a la mente, de la primera. ¿Quieres bajar de peso? Toma acción, que importa si es lunes o viernes, enero o diciembre. ¿Quieres ahorrar dinero? Comienza hoy aunque sea con un dólar diario, es mejor terminar con $356 (ya han pasado 9 días del año) en tu cuenta de ahorros el 31 de diciembre que con $0. ¿Quieres ser feliz? Toma la decisión hoy y busca las herramientas necesarias o elimina de tu vida lo que te quita la felicidad. Toma control, es parte de vivir una vida empoderada.
Toma pasos pequeños poco a poco. Muchas personas quieren tirarse de pecho con las resoluciones, eso está bien si eres una persona bien determinada y con la actitud correcta ante todo. Pero si sabes que eres de los que te quitas fácilmente, te descarrilas o pierdes enfoque (algo que deberías dejar de hacer), cógelo pasito a pasito, suave suavecito… despacito, pero hazlo.
Imagina esto por unos minutos. En tu lista de resoluciones están las 3 metas más comunes: hacer ejercicios, comer más saludable y gastar menos. Tu mente lo registra como que tienes que tomar acción para cada una. Ahora cámbiala por «este año haré todo lo que me proponga hacer, sin excusas». Es un cambio de mentalidad que te ayudará no solo en una, si no en todo lo que te propongas mejorar en tu vida.
Cabe señalar que las resoluciones son acciones para resolver algo que nos está afectando y que termina afectando nuestras metas y planes. Por ejemplo, tienes como meta viajar, pero malgastas el dinero; tu resolución es dejar de malgastar para poder ahorrar y cumplir esa meta que es viajar. Quieres tener un cuerpo fit, pero te gusta comer «fast food» y la vagancia te consume; tu resolución es comer saludable y no tener excusas para ejercitarte. Las metas son los sueños a los que le ponemos un plan de acción y su logro se ve afectado por nuestros malos hábitos y las resoluciones deben enfocarse en mejorar esos malos hábitos.
Es importante señalar, que las resoluciones, al igual que las metas que te propones, no pueden depender de tu estado de ánimo, ni del cansancio. Lo que quieres en la vida depende de tu voluntad y de como entrenes tu mente para responder a lo que te propones.
Así que si quieres ser más organizado, ahorrar, comer saludable, buscar paz, vivir feliz, y todo lo que se te ocurra mejorar en tu vida, tienes una sola resolución que te puede ayudar a cumplir con todo: HACER lo que tienes que hacer, cuando lo tienes que hacer. Es la única opción que tienes para lograr tus objetivos en la vida y dejar de perder el tiempo.
Si logras aplicar esta resolución a tu vida, todos los años meses, semanas y días podrás proponerte metas a corto y largo plazo con unas grandes probabilidades de cumplirlas.
Cuando te propongas metas, entiende que para lograrlas
solo tienes que tomar acción.